La arcilla verde francesa es uno de los antisépticos naturalmente más potentes, absorbe el exceso de oleosidad, suciedad y bacterias.
Tonifica el cutis y revitaliza las células de la piel dañada; mezclada con la más fina arcilla verde francesa, remueve impurezas y toxinas, revelando una piel aterciopelada y un cutis completamente fresco y radiante.